Recuerdo hace algunos años cuando mi madre se ponía a coser
que siempre me decía que la ayudara a enhebrar la aguja, ya que ella de por sí
nunca tuvo muy buena vista y además de tanto coser los ojos se le cansaban.
Entonces yo con mucho orgullo cogía el hilo y la aguja y con la pericia que me
caracterizaba metía el hilo por el diminuto agujerito de la aguja.
Actualmente ya no vivo en casa de mis padres pero aún recuerdo
aquellos momentos en los que ayudaba a mi madre con la aguja y el hilo.
Hace unos días mi madre vino a hacerme una visita a mi casa
y una mañana ella estaba cosiendo y me pidió que la ayudara a enhebrar la
aguja. Yo entonces recordé con ternura
aquellos días pasados en los que siendo un crio yo ayudaba a mi madre en la
misma tarea, jeje, que bonitos recuerdos. Pero entonces me di cuenta de que me
estaba costando más de lo que pensaba, lo intentaba e intentaba pero no había
manera de meter el hilito.
Vaya, parece que ya no tengo aquella pericia de cuando niños
le dije a mi madre entre risas.
Normalmente enhebrar una aguja suele ser difícil por varios
motivos, uno de ellos es principalmente porque tanto el hilo como el ojal de la
aguja son muy diminutos y eso hace que cueste bastante poder atinar, y en segundo lugar porque normalmente cuando cortamos el
hilo, el corte no suele ser muy limpio y la punta del hilo queda deshilachada
con pequeños pelillos que estorban a la hora de introducir el hilo en la aguja.
Pero entonces fue cuando me acordé de un truco casero muy
efectivo para enhebrar fácilmente las agujas y os lo voy a explicar a
continuación:
Lo único que necesitamos es un poco de laca, si, LACA, la
misma que utilizamos para el pelo.
Rociamos un poco de laca en la punta del hilo para que este
se endurezca y apretamos con los dedos hasta que la punta quede lo más fina
posible y así podamos introducir fácilmente el hilo en el ojal de la aguja.
Probadlo, seguro que os hace esta tarea mucho más fácil
lo voy a probar...
ResponderEliminarDe donde coño conseguiré laca.
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